EL ALICANTE CONFIRMA SU CAOS CON EL DESPIDO DE MANOLO JIMENEZ
Si existiera un premio dedicado a la peor gestión de una entidad, el Alicante no tendría rival. Una entidad modélica hasta hace cuatro meses, ha perdido totalmente el rumbo, no sólo deportivo, sino institucional. Lo peor de todo es que militar en el fútbol profesional no es lo mismo que lidiar con clubes de Segunda División B.
Cada noticia que surge se le da una importancia mayor, y desgraciadamente, se conoce más al Alicante por su caos que por su historia, que tiene, y mucha, manchada por tanta decisión institucional, y por una situación deportiva que cada vez es más insostenible.
No es muy normal que en una entidad que ha estado 52 años tratando de regresar a la categoría de plata, y que lo hiciera de forma brillante el pasado verano, esté haciendo bueno al mismísimo Jesús Gil, que en paz descanse. En diecisiete jornadas de Liga han pasado cuatro entrenadores por el banquillo alicantinista.
El último, y el más efímero ha sido Manolo Jiménez. Ayer, y tras una rápida reunión mantenida en la sede del club, fue despedido, tras dos semanas al frente del equipo. Abandona la entidad como entrenador y como director deportivo, cargo que vuelve a desempeñar Felipe Ferrándiz, que junto a Fernando Ovidio, gerente del Alicante, y el vicepresidente Juan Pedro Rodríguez, fueron los encargados de notificar al extremeño su despido. Según fuentes consultadas por este diario, Jiménez salió del cónclave muy enojado, sin realizar declaraciones, aunque murmuró un escueto: «Nos veremos en el Juzgado».
Sobre las 18.45 horas, el club enviaba un comunicado haciendo oficial el despido de Manolo Jiménez. La nota decía lo siguiente: «El Alicante Club de Fútbol ha despedido disciplinariamente al hasta ahora director deportivo y entrenador del primer equipo celeste Manuel Jiménez González. La junta directiva del club ya ha trasladado al ex técnico alicantinista las causas que han motivado el despido disciplinario que surtirá efecto desde hoy mismo, por ayer».
Al parecer, las declaraciones del ex entrenador haciendo alusión a los fichajes que no quiso Carlos Granero al comienzo de la temporada han sido el detonante de su despido. «Las declaraciones realizadas a distintos medios de comunicación por parte del hasta ayer técnico alicantinista suponen una falta muy grave al incumplirse de forma manifiesta el deber de confidencialidad, asumido por éste en su contrato suscrito con el Alicante Club de Fútbol el pasado mes de agosto. El club ya trabaja en la sustitución del hasta hoy entrenador del primer equipo», concluye el comunicado.
La entidad alega despido disciplinario, y todo parece indicar que por este motivo, el club podría decidir no pagarle. Jiménez no quiso realizar declaraciones, alegando que sus abogados «me recomiendan no decir nada», por lo que todo parece indicar que Manolo Jiménez denunciará a la entidad, tal y como ha hecho también Nino Lema.
Mientras tanto, Juan Antonio Iniesta, máximo mandatario celeste, se encontraba en la tarde de ayer en Dénia por motivos laborales. El presidente del Alicante no está acertando con su labor al frente de una entidad que camina como alma en pena en el plano deportivo, y carente de ideas en la manera de gestionar un club que ha dejado de ser una familia para ser un caos total.
Varios cambios
Con la salida de Manolo Jiménez, Felipe Ferrándiz, regresará a desempeñar las labores de director deportivo, puesto que compaginaba Jiménez con el de entrenador.
Hay que recordar que el ex preparador tomó las riendas del equipo por expreso deseo del presidente el pasado 11 de diciembre, tras cesar a Nino Lema después de dirigir al equipo durante cinco semanas.
«Me he tirado más de veinte años con el chándal y empezaba a sentirme mayor. Esperaba salir del foso maldito, como le llamo yo, y ojalá no tenga que volver más», manifestó el día de su presentación como director deportivo del Alicante en verano.
En su puesta de largo como entrenador, Jiménez, que había levantado las iras de la afición unos días antes, manifestaba: ««En el palco no me he podido defender y le he cogido miedo», reconoció Jiménez tras los incidentes que vivió tras la derrota ante el Levante, quien añadió que, por el contrario, «al banquillo no le tengo miedo».
Dijo que después de que Iniesta le pidiera en dos ocasiones que se hiciera cargo del equipo y él rechazara la idea, no se podía negar.
Ahora, y tras dos semanas, Manolo Jiménez deja el Alicante, aunque los Juzgados tendrán la última palabra.
UNA PERSONA QUE NO SE MUERDE LA LENGUA
Siempre ha sido su mayor defecto. Manolo Jiménez se ha caracterizado siempre por decir las cosas sin apenas pensar. No sólo en el Alicante, sino en sus etapas como entrenador del Hércules.
El Alicante comunicó ayer a Jiménez su despido «disciplinario», según una nota emitida por la entidad, debido a unas declaraciones realizadas en Radio Alicante por el hasta ayer técnico, y que fueron reproducidas por varios medios de comunicación.
En esas declaraciones, el ya ex entrenador hizo hincapié en las dificultades que el club tendrá para reforzarse en el mercado de fichajes de invierno por su situación deportiva -el equipo está a once puntos de la permanencia en Segunda División- y económica, en referencia a las deudas que arrastra el club y las posibles denuncias ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
Jiménez, que empezó la temporada como director deportivo, deja el cargo de máximo responsable de la plantilla después de haber perdido los dos partidos que dirigió, frente a Las Palmas (1-2) y Real Zaragoza (3-0), tras sustituir en el cargo a Nino Lema.
Para asumir el puesto de entrenador, el Alicante ha sondeado la reincorporación de José Carlos Granero, el técnico que logró el ascenso a Segunda División la pasada temporada.
Granero, en el caso de aceptar, volvería al equipo tras ser destituido después de haber sumado cinco puntos en las siete primeras jornadas de la presente Liga.
Granero fue sustituido por Asier Garitano, quien sólo estuvo tres partidos al frente de la plantilla antes de dejar su puesto a Nino Lema. Este último dirigió al Alicante en cinco partidos antes de ser destituido por el presidente Juan Antonio Iniesta, sólo un mes después de su contratación.
Tras Lema, Manolo Jiménez cogió las riendas del equipo, aunque su relación con el máximo dirigente se ha visto seriamente dañada en las últimas semanas y apenas ha estado dos semanas al frente de la plantilla.
Con la salida de Jiménez, ya son siete, entre técnicos y directivos, los que han abandonado la entidad. El primero de todos fue Juan Mayor.
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