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UN JUGUETE EN MANOS MAÑAS

UN JUGUETE EN MANOS MAÑAS
El Alicante toca fondo. A este ritmo va a batir todos los récords negativos habidos y por haber. No era el mejor escenario para comenzar a revertir una situación que se hace insostenible. Es más, las bajas mermaron todavía más a un cuadro celeste que camina como alma en pena por la categoría.
La derrota es lo de menos. Lo que clama al cielo es la manera de encajarla. Una vez más los errores en defensa le dieron alas a un rival que jugó con el freno de mano puesto, y no quiso hacer más leña del árbol caído.
La llegada al banquillo de Manolo Jiménez no cambia para nada un guión que comienza a parecerse a una película de terror. Con una victoria en diecisiete jornadas, el técnico extremeño se empeña, semana tras semana, en dar oportunidades a jugadores de la cantera. Ayer le tocó a Rafa Castillo y a Forte, que se unen a los ya debutantes Miñano y Pedro.
Es más, ayer se volvió a errar una pena máxima en los últimos instantes del duelo. Y es que el Alicante, en cinco ocasiones que ha tenido para marcar desde los once metros, sólo lo ha hecho en dos.
Los primeros minutos del encuentro fueron un fiel reflejo de la clasificación ya que ambos conjuntos, sabedores de la importancia del choque, salieron muy motivados al estadio municipal de la Romareda. El conjunto aragonés se hacía dueño de la posesión del balón aunque apenas inquietaba la meta defendida por Unanua. Por su parte, el Alicante, solo conseguía llegar a las inmediaciones de López Vallejo con alguna contra esporádica de un voluntarioso Ismael.
En el minuto 17 de juego llegó el primer jarro de agua fría para el conjunto alicantino cuando una falta botada por Jorge López desde la parte derecha era rematada de volea al fondo de las mallas por el delantero carioca Ricardo Oliveira. Este gol permitió replegarse al conjunto local y ceder la posesión al Alicante que, comandado por un omnipresente Tito, se aproximaba cada vez con más peligro al área maña.
Sin embargo, a pesar del dominio del balón del bloque alicantino los contragolpes locales eran cada vez más peligrosos.
Unos minutos después Manolo Jiménez optaba por sentar en el banco a un desafortunado Urbano y dar entrada en el terreno de juego al navarro David Malo.
Sentencia
El Zaragoza poco a poco se hacía dueño del partido y fruto de este dominio llegó el segundo gol maño. Ewerthon, excepcional toda la tarde, definía con el muslo un excelente servicio de Oliveira.
Tras el paso por los vestuarios, el técnico visitante optó por dar descanso a un desfondado Ismael y dar entrada en su lugar a Pedro. No se había situado todavía en el terreno de juego el conjunto alicantino cuando Ricardo Oliveira en jugada personal cedía el balón a Jorge López que sólo delante de Unanua conseguía el tercer gol aragonés de un certero derechazo.
Los celestes lo intentaron. Incluso erraron una pena máxima. Muchas adversidades para un conjunto que tendrá muy complicado salvar la categoría, tras lo visto en la tarde de ayer.

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